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Formación voluntarios
UN BREVE
PREÁMBULO
Por primera vez el “Curso intensivo de Desarrollo Personal” (más información en la Web), se preparaba, organizaba y desarrollaba exclusivamente por el equipo de formación de Cantabria.
Además de esta dificultad otros factores lo complicaban más: El curso estaba destinado a un grupo de personas con las que, por culpa de la pandemia, apenas se ha producido contacto personal, aunque si audiovisual, gracias a la tecnología; lo que no ha evitado que durante mucho tiempo hayan estado en “espera” manteniendo estoicamente la misma ilusión y las mismas ganas de formarse y colaborar con el TE.
INTENCIONES
Dadas estas circunstancias me pareció pertinente solicitar mi presencia, no sólo para “abrir” el cuso como estaba previsto, sino para quedarme durante las sesiones, aunque fuera como mero oyente.
Aunque en principio mi intención era únicamente mostrar mi apoyo incondicional al grupo de formación, esta situación me brindó un papel de observador privilegiado que me permitiría ver las cosas desde fuera y tratar de darme cuenta de las posibles mejoras. Pero hubo algo más. En realidad, bastante más.
LO QUE VI
Vi a un grupo de mujeres con mascarilla, que después de esperar más de año y medio, se presentaban puntualmente, allí donde se les había citado, durante dos lluviosos domingos. Para recibir formación. Haciendo frente a un horario de 9 horas de trabajo y 2 de descanso. Total 11 horas cada domingo.
Vi a un equipo de formación que recibía a estas personas con calidez, respeto y cercanía. Vi mesas preparadas con café, fruta, barritas, pastas, etc.
Vi una atención especial para que todo estuviera bien preparado: la pantalla, el sonido, los diferentes equipos técnicos, la luz, las sillas, la ventilación, las medidas de seguridad, etc.
Vi a unas personas capacitadas, entregadas a su cometido formador, desarrollando los temas de una manera organizada, amena, sensible y variada.
Vi a unas participantes atentas, colaboradoras, sinceras y generosas en sus aportaciones.
Vi como pasaba el tiempo en un suspiro y en dos locales distintos, uno cada domingo. El último, como reacción a imprevistas medidas sanitarias ¡Conseguido en menos de una semana y con las premisas de reunir las mejores condiciones, teniendo en cuenta también los desplazamientos!
ABREVIANDO
Bien, como esto no es un ensayo, sino una simple nota que comienza a alargarse en exceso, abreviaré.
En principio, el equipo de formación excelente. Hay tanto margen de mejora como quieran desarrollar la potencialidad de sus propias virtudes: Valientes, capacitadas, trabajadoras, serias, responsables. Pero además tienen variación de estilos, ritmos diferentes, formas de expresarse distintas –por cierto, alguna muy divertida-, que permiten una amenidad, que en un curso tan denso y profundo, es un auténtico tesoro.
Por último, en cuanto a las participantes, en realidad espero y deseo que nunca tengamos que volver a tener a un grupo en estas condiciones. Pero si de nuevo tenemos que lidiar con algo tan desagradable, frustrante y paralizante como la pandemia, me gustaría que fueran personas que resistieran como ellas, que mantuvieran como ellas esa convicción, determinación y deseos por formarse que a mí me parecen heroicos. Me gustaría que en algo se pareciesen a estas mujeres, que a pesar de todo, allí han estado, los dos domingos, con sus ganas de formarse y de mejorar como personas, con sinceridad y entrega, para realizar un voluntariado.