La autorregulación es la habilidad de la persona para controlar su comportamiento y por tanto, necesario para conseguir un mayor bienestar social, mayores niveles de autonomía, autoestima y, con ello, una mayor participación en la vida.
Como padres o profesionales, también compartimos y convivimos con niveles altos de ansiedad. Mejorar nuestra propia autorregulación emocional nos ayudará y podremos ayudar a nuestros hijos e hijas en el camino de la integración exitosa de las emociones y la superación de traumas.